Erase una vez...

...en el reino de la esperanza, una princesa que empezaba a vivir tranquilamente después de tantas tormentas, tempestades y desafíos que había tenido su reino.

Cierto día recibió la invitación a un gran baile para que príncipes y princesas de diversos reinos, incluso de otros continentes, convivieran. La princesa estaba entusiasmada pero conforme se acercaba la fecha estaba cambiando de parecer ya que le incomodaban las multitudes.

Llego la fecha, peinadores, maquillistas, modistas reales trabajaron exhaustivamente para que los invitados de su reino lucieran espectaculares. Ella, por un lado la curiosidad y por otro, el convencimiento de su amigo, príncipe de un reino vecino, decidió ir. Llegado al punto de reunión fueron llevados en carrozas al salón, estaba espectacularmente decorado, el azulejo era la decoración principal, flores, candelabros, etc. El príncipe que había convencido a la princesa estaba entusiasmado con la fiesta, se había enterado, días tras, que asistiría la princesa de un reino extranjero que anteriormente había conocido y mantenían comunicación a través de misivas.

La puesta de sol había empezado y la princesa se asomo al balcón a contemplarla, minutos después su amigo el príncipe le llamó ya que el baile iba a empezar, ella volteo sonriente y corrió hacia el, comenzo a platicarle que había visto a la princesa pero se encontraba un poco cabizbajo puesto que no sabía que decirle, de que platicar para llamar totalmente su atención. Anteriormente, la princesa había conversado con conocidos que se encontraban ahí, conforme avanzaba la noche se fueron retirando algunos invitados reduciéndose el grupo de asistentes.

Una nueva melodía comenzaba a escucharse y ella iba en busca de su amigo el príncipe cuando, de repente, se cruzo frente a ella el príncipe de un reino desconocido, la invitó a bailar y con un poco de cautela empezó el baile, conforme cambiaban de melodía cambiaban de pareja pero ellos seguían juntos, con mas confianza, escuchando y riendo de temas que hablaban los demás invitados, así, los dos se interesaron mutuamente, el baile se termino acordando intercambiar correspondencia. Los días pasaron y las misivas entre ellos se hacían mas frecuentes, los mensajeros reales no se daban abasto con la correspondencia, siendo necesario asignar uno exclusivamente a sus servicios...

...Continuará...

Besos cachondos y excelente vibra!

Mikel Erentxun
A un minuto de ti



Miguel Bosé y Mikel Erentxun
Hojas secas